En tu abrazo yo encuentro
el amor que tu boca me niega,
la certeza del cómo y el cuánto,
la obviedad que tus labios silencian.
Y me hablas cuando tu piel aprieta
recitando con tus dedos palabras,
tacto en mi espalda...
que no miente, no grita, no engaña,
que le dice a mi dermis
lo que tu boca calla.