Juego contigo a ser niñas.
Cromosomas semejantes,
parecidas voces, similares risas.
Tú, la noble y valerosa;
Yo, la loca y bailarina.
Tú, la que escucha y asiente;
Yo, la que no calla nunca.
¡Botón de rosa,
entre mil mantas dormida,
pequeña flor de esencia pura!
¡Dame tu mano y andemos
los caminos de la vida!
¡Que mi alma se hace fuerte
si le das tu compañía,
que siempre seremos niñas;
Tu mano sobre la mía!
Cuando los contrarios aprenden a convivir sanamente, el vínculo raramente se quiebra. Entonces el otro puede suplir nuestras carencias, o enseñarnos el camino para convertirnos en seres más completos. Besos.
ResponderEliminarA veces se nos hacen semejantes los contrarios y nos llenan de dicha sus diferencias!
EliminarGracias niña, por esa dedicación.Te queremos.
ResponderEliminarYo más... Besotes
EliminarGracias, Eva, por tus cordiales palabras. Me gusta tu blog, que frecuentaré.
ResponderEliminarUn beso desde Madrid.
Reitero lo dicho, un honor para mí. Besos
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