viernes, 26 de agosto de 2011

Big- Bang

Algunos de los que estudian las ciencias de las estrellas dicen que el origen del Universo se desencadenó por una terrible explosión... y que después del ruido, el caos, la falta de luz, en una implosión inesperada, aparecieron los contrarios: la vida, el orden, el agua, la luz, las constelaciones, los planetas. Tal vez, las fuertes explosiones e implosiones del alma puedan generar, después del dolor, al igual que el Big Bang, su contrario.
Es posible que, de alguna manera, causal o casual, un dios omnipotente, decidiera que el renacer suponga un sacrificio, o, por lo menos, un abandono previo, y que, sin este, la paz posterior, no tenga el mismo sentido.
El ser humano, imperfecto y vulnerable, no entiende que después del caos, siempre hay posibilidad de empezar de nuevo porque se deja llevar por el dolor y se agarra, sin querer abandonar, el motivo de su dolor, sin pararse a pensar que todo es tan efímero como nosotros mismos. Todo somos y nos convertiremos en polvo de esas estrellas que desencadenaron la explosión primera.
Dejemos atrás los dolores; encontremos en cada gesto nuestro particular Big Bang para despertar y renacer cada día.

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