miércoles, 10 de agosto de 2011

Ilusión.


                                                                                      06 de Enero de 2007.

El aliento de la vida es la única esperanza de ser felices, saber que estamos vivos que somos parte del tiempo, que somos parte del aire, del viento, que el oxigeno nos envuelve y mece a su antojo y nos insufla vida…si nosotros trazamos el camino, deberíamos poder decidir sin equivocarnos, sin poder mirar atrás con la seguridad de un aventurero experimentado, sin embargo, los pasos que damos muchas veces son erróneos, pero no por ello, menos necesarios. La infancia es el cuento en el que se sustentan nuestras vidas, es una letanía que nos ofrece el tiempo, una posibilidad de saborear la verdadera esencia de las cosas, la mirada de un niño es siempre ilusionante e ilusionada… ¿En qué lugar perdí yo la mía? ¿En el primer beso, en el primer llanto…cuándo comprendí que la felicidad está de paso, cuándo sentí la ausencia, el vacío, por primera vez? Lo tengo todo y me falta lo más importante. Somos parte de un movimiento, de una rutina en equilibrio, queremos tener amor, dinero…y no disfrutamos hasta que comprendemos o sentimos que algo puede ir mal y es entonces cuando compruebas que todo aquello que tienes puede desaparecer sin más, de un soplo, así, sin más y entonces quieres coger y guardar en un rincón de tu alma  todos los recuerdos, momentos, sensaciones que alguna vez te hicieron feliz, y que los caminos que hemos andado no nos permiten recuperar. Es entonces cuando quieres sacarle todo el jugo a todas las sensaciones que nos ofrece el estar vivos, como lo hacías cuando eras niño; entonces no podías entender el valor de cada segundo, de cada sonrisa, de cada juego, y ahora que lo comprendes, no puedes disfrutarlo porque no tienes la ilusión de aquellos ratos y porque te pasas las horas preocupándote en encontrarla y en pensar que quizás cuando la encuentres, será demasiado tarde. ¿Cómo se saborea un segundo, cómo se disfruta y palpa un instante? La felicidad es algo tan simple y tan complicado, tan cálido y tan helado cuando no está, tan amable y tan descortés… tan poca, tan lenta, tan rápida…
Si busco en mi corazón encuentro mil motivos para sonreír cada día, y para llorar también, porque no puedo disfrutarlos… me he dejado llevar por le aire amargo, por el movimiento del mundo, he sido una marioneta del tiempo, y he cambiado; Nunca quise crecer, sabía que me haría daño vaciarme de mis sueños locos de juventud, pero he crecido y ya no tengo sueños locos, he caído vencida ante el abrumador ruido, ante la triste certeza de no poder volver atrás y no me siento preparada para el camino que me aguarda, no quiero sufrir, no quiero llorar, no quiero ver como envejecen las nubes…Pero continuaré andando hasta llegar al final de camino, porque estoy buscando la ilusión de vivir, de saber que estoy viva.

1 comentario:

  1. Precioso como siempre.Besos y espero que encuentres esa ilusion.

    ResponderEliminar