viernes, 26 de agosto de 2011

Verano en la ciudad.

Como si de una consagrada escritora se tratase, esta noche he encontrado mi musa… desaprovechar esta verborrea desaforada que el alcohol ha enardecido sería un sacrilegio para las artes; aunque la prosa no es un don por el que se me reconozca, ensalzar mi carácter romántico siempre ha sido mi terapia preferida.
            Es una noche maravillosa de verano, la ciudad se vuelve amable y brinda su cara más acogedora en estos días,. Hace calor, el sudor recorre todo mi cuerpo y de alguna manera extraña despierta un erotismo sutil, un rubor delicado en mis mejillas;  me gusta imaginar que alguien me observa a través de los cristales… sin ninguna pretensión perversa, se me olvida,  a veces, que soy mujer, y que todavía puedo despertar oscuros pensamientos. El mar está en calma, se deja llevar por el sopor estival, parece escuchar los murmullos de la cuidad que rodea. Al contrario de lo  que pudiera parecer, el horizonte se dibuja iluminado, las islas cercanas lo tiñen de una luz tenue, brilla con un fulgor especial, igual que todo lo demás en esta noche. El aire tiene un matiz distinto, me trae recuerdos de antaño, puede sentir muy vivos todos los recuerdos de la juventud cercana. Aunque el ruido de los coches al pasar nada tiene que ver con los del campo donde me crié, hoy me siento igual que entonces, libre, soñadora, capaz de comer el mundo de un bocado, jovial y abierta a un sin fin de experiencias nuevas. Sólo deseo pasear por la arena, escuchar el canto sereno del mar y sentir esta noche, que soy la mujer que quise ser, la mujer que quiero ser, el alma que ha enriquecido estos años.

                                                                                                         12 de Agosto de 2006.

2 comentarios:

  1. Lo tuyo es la descripción, claro que no te vas a pasar todo el tiempo describiendo, pero, Eva te salen tan bien los textos descriptivos que no me cansaría de leer y leer y leer....
    Así que ya sabes, reviste tu narrativa con algún que otro salpicón descriptivo.
    Por eso he leído tropocientas veces y una vez más el que has colgado de la llegada al pueblo,
    Y chica, no sé qué decir, pero sé que llegará el momento de decir lo que otra musa me inspire.

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